¿Por qué el consumidor de hoy también es audiencia?
Por Mauricio Aranguren Molina
No sé la fecha exacta en la que el apellido del Consumidor comenzó a ser Audiencia pero sí conozco la razón por la que sucedió:
Internet, el correo electrónico, los blogs, los web sites, google y las redes sociales, traían debajo del brazo al nacer, un maravilloso regalo: libertad.
Sí, más libertad. Es lo hay detrás del cambio que estamos viviendo. Es la herramienta más útil con la que el ciudadano o el consumidor le da sentido y materializa al poder de su nuevo apellido: audiencia.
Al estar expuestos a más y mejor contenido, a más libertad, el Consumidor-Audiencia comenzó a usar el derecho a decidir. Primero a elegir cómo informarse y luego qué compartir.
Poco a poco, ha aprendido a investigar para comprar, hasta descubrir: cómo comprar, dónde comprar -el poder que le da comparar- y sobre todo: porqué comprar esto o aquello y en casos más avanzados, qué significa hacerlo.
¿No haz notado la insistente preocupación de las grandes marcas por controlar qué significan?
Es porque quienes de verdad saben hacer buen Branding, ya lo saben, detectaron que en el fondo interactúan ahora con un Consumidor-Audiencia. Tal vez lo llaman de otra forma pero en el fondo es lo mismo. Nosotros desde la estrategia de contenido, así le decimos.
Entonces el Consumidor no solo comenzó a ser una mejor Audiencia, tomó como apellido a la Audiencia, con todas las consecuencias que tiene para los medios, la industria, el retail y los pequeños negocios.
Esa persona detrás de la palabra Consumidor ahora tiene también, capacidad de influencia y el poder de inspirar a otros a través de su renovada relación con el contenido. Y aquí esta la clave…
El contenido y la posibilidad de distribuirlo con facilidad, nos permite vivir una nueva relación con todo
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El buen contenido que consume, comparte o comenta, le da al nuevo Consumidor Audiencia autoridad frente a sus personas más cercanas, los que en la práctica son los anhelados futuros nuevos consumidores, de quién quiere venderles un producto, servicio o por qué no, una idea.
Con el tiempo he descubierto que el contenido, es el punto de encuentro más honesto y práctico, entre quién compra y quién vende. Internet nos lo recuerda todos los días…